PRIMERA PARTE
Planta del Capitolio según el diseño de Miguel Ángel. De base oval, con
tres peldaños y movimientos internos.
EL PAVIMENTO DE LA PLAZA DEL CAPITOLIO EN ROMA
La plaza de “El Capitolio”, es el lugar
históricamente destinado a la celebración de eventos oficiales.
Cuando en 1536 visita Roma Carlos V, se evidenció
el mal estado en que se encontraba el sitio. Por lo que el papa Pablo III decidió
el traslado de la plaza Laterana al Capitolio, de la estatua
ecuestre, del emperador filósofo romano, Marco Aurelio.
Miguel Ángel aceptó el encargo de Pablo III, de realizar un nuevo pedestal para la estatua.
El pedestal es de forma oval y la base sobre la que
asienta la escultura es rectangular, así como la base inferior que da sobre el
piso.
La escultura ecuestre del emperador romano, su
emplazamiento y su pedestal, guardan un propósito arquitectónico sobre, lo que
será luego el diseño de la plaza de “El Capitolio” y la
restauración de todo el complejo capitolino.
Desde el emplazamiento de la estatua ecuestre del
emperador Marco Aurelio, Miguel Ángel comenzó a trabajar en los bocetos del
conjunto.
Los bocetos originales del pavimento de la plaza
realizados por Miguel Ángel, se remontan, probablemente, a 1538.
Las obras de restauración comenzaron
aproximadamente a partir de 1540 y prosiguieron después de la muerte de Miguel
Ángel.
El ovalo que enmarca el diseño de la plaza, está
compuesto por tres peldaños de forma oval, que elevan el pavimento de la plaza
en el monte capitolino.
El marco oval es de tres niveles, con tres
peldaños, que indican los tres ingresos: por la rampa central, por el lateral
derecho, entre el Palacio Senatorial y el de Los Conservadores, y
el del lateral izquierdo, entre el Palacio Senatorial y el Palacio
Gemelo del Palacio de Los Conservadores, que actualmente es el Museo
Capitolino.
Una estrella de doce puntas contiene el ovalo
central donde está el pedestal, también oval, sobre el que está situada la
estatua ecuestre del emperador romano Marco Aurelio.
Cada seis puntas de la estrella central, nace uno
de los lados del ovalo, que se irradia hasta el marco oval del pavimento,
generando un movimiento centrifugo, para volver a la próxima sexta punta
de la estrella, el otro lado del ovalo con un movimiento centrípeto.
Los lados que nacen y los que retornan, cada seis
puntas de la estrella, lo hacen enangostándose, pero ambos lados del
ovalo cuando se acercan y cuando se alejan del marco oval externo, lo hacen ensanchándose.
Esto genera un efecto de perspectiva, que
los lados del ovalo cerca del núcleo de la estrella, al ser más finos y los de
los extremos más anchos: dan el efecto cupuliforme, por ser convexo.
El movimiento de los lados de cada
ovalo al irradiarse hacia el marco oval externo y regresar el otro lado del
ovalo, a la sexta punta de la estrella próxima, se subsiguen de un ovalo al
otro, generando un movimiento rotatorio, el motor de ese
movimiento es la estrella y su núcleo oval.
Se mueven dentro del marco triplemente oval de los
peldaños que elevan el diseño convexo hacia su centro.
La estrella de una de sus puntas irradia un lado
del ovalo hacia el anillo oval triple del marco oval mayor. Este es un
movimiento del centro hacia afuera: es un movimiento centrífugo. Regresa
el otro lado del ovalo a la sexta próxima punta de la estrella, con un
movimiento de afuera hacia el centro: es un movimiento centrípeto.
El próximo lado, del próximo ovalo, es el que
genera un movimiento rotatorio y así sucesivamente.
Existen doce puntas de
óvalos.
Tres marcos - óvalos
contienen este sistema de fuerzas: expansivas, rotatorias, convergentes,
helicoidales ascensionales, desde el núcleo: al “UNO”.
El núcleo, en el sentido
histórico, refiere la antigüedad romana, expandida en el espacio temporal
con la cultura de su civilización (personificada por el emperador filósofo:
Marco Aurelio). Rotatoria, enmarcada en el tiempo, de los días, noches y horas.
Que converge al origen de una civilización, ejemplo de grandeza épica, que
trasciende desde el núcleo de su esencia misma, la Historia. Otorgándole al
monte capitolino un carácter simbólico de la antigua grandeza.
En sentido neoplatónico, la
estrella se ha asimilado al sol, y el sol a la figura de Cristo.
La estrella desde su núcleo de
luz, calor, amor, se irradia, se expande hacia afuera, hacia el continente de
esa constelación oval universal para converger hacia sí.
Ascendiendo eternamente hacia el
motor de todas las cosas el Amor del Creador: hacia Dios, orden del universo.
El diseño del pavimento del monte
capitolino es la ocasión para Miguel Ángel de desarrollar su pensamiento
neoplatónico de sentido cósmico.
La estrella es el Sol que
simboliza la figura de Cristo que por obra del Amor irradia:
- un movimiento helicoidal: centrífugo.
- de arriba y abajo: tridimensional.
- rotatorio.
- centrípeto.
- y, finalmente de ascensión vertical, desde el núcleo.
El pensamiento neoplatónico,
concibe el ovalo de tres peldaños que enmarca el pavimento de la plaza del
centro cívico de Roma, como un sistema universal, un sistema cósmico,
cuyo centro es el sol (la estrella), que irradia
todos los movimientos y todos los movimientos en él convergen.
El pensamiento neoplatónico le
instrumenta a Miguel Ángel, conceptos y formas, que le hacen concebir un orden
cósmico, cuyo centro es el sol, del cual se expanden: helicoidalmente,
movimientos centrífugos, tridimensionales, rotatorios, centrípetos
y en espiral de ascensión vertical. Todos los movimientos,
fuerzas, hacia el centro, vuelven centrípetos para ascender en espiral.
(El análisis del diseño del pavimento de la plaza de “El Capitolio” y los
fundamentos filosóficos que lo sustentan, se desarrollan exhaustivamente en mi
libro: “Miguel Ángel. Escultor de su Salvación”).
El diseño arquitectónico de la
plaza de “El Capitolio” tiene la cualidad de espejar la belleza
salvífica del orden cósmico cristológico.
Sigue, en este propósito, la propuesta fundamental
de la obra de Luca Pacioli: “La Divina Proporción”: “…la
arquitectura (como todo el arte) debe reflejar, como “allo specchio” (“al
espejo”), la estructura matemática del Universo. La Proporción Matemática,
principio universal y objetivo de belleza, debe convertirse en punto de
referencia obligado para todo arte.”
El diseño del pavimento de la
plaza de “El Capitolio” es el espejo del pensamiento cosmogónico
de Miguel Ángel.
El diseño del pavimento de la
plaza de “El Capitolio” es el firmamento del pensamiento cósmico
de Miguel Ángel.
El diseño del pavimento de la
plaza de “El Capitolio” está hecho para ser “mirado” desde la plaza,
hacia el cielo: “la mirada” de Miguel Ángel, que diseñó el piso del
espacio central abierto de “El Capitolio”, “mira” el
firmamento: y la plaza es el espejo del firmamento cósmico neoplatónico,
de Miguel Ángel.
El ovalo central “acentúa”
el movimiento ascensional: Dios que “atrae a él” a los que alcanzan
desde el orden jerárquico en que fueron puestos por Dios, la libertad de su
purificación, perfección e iluminación.
El diseño del piso de la plaza de
“El Capitolio”, en el diseño original de Miguel Ángel, es la expresión
del “yo” (Miguel Ángel) y el “Universo Cósmico”, es la expresión anterior a “ La
Cúpula de San Pedro”, en la necesidad filosófica, religiosa del
escultor Miguel Ángel que arquitectura su anhelo de purificación, que su
materia terrena la “transformará” en espiritualidad de voluntad
ascensional, a la casa del Padre: al “Paraíso”, como su amado, admirado
y estudiado Dante Alighieri.
Es el espejo del cielo al
que anhela ascender el alma de Miguel Ángel, después de su resurrección.
Córdoba, Argentina, 3 de marzo de 2018.
Cristina Castricone
Si les gustó este artículo, les recuerdo que es el fruto de veinte años de investigación, volcados en mi libro "MIGUEL ÁNGEL. ESCULTOR DE SU SALVACIÓN", que está esperando un editor.
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