VEINTE AÑOS DE INVESTIGACIÓN DE LA OBRA DE MIGUEL ÁNGEL

LA PIEDAD DE LA BASÍLICA DE SAN PEDRO - II



SEGUNDA PARTE



Esquema  de la figura de Cristo, inserta en un movimiento helicoidal.


LAS FIGURAS

La Virgen es joven, casi una adolescente, de serena y reflexiva belleza. Jesús parece dormir plácidamente, como un niño, su mano derecha, reposa entre los pliegues del Santo Sudario. Jesús tiene los signos de la pasión, pero no hay rictus, no hay PATHOS, no hay dolor. No hay muerte.
Hay reflexividad en la Virgen y placidez en el sueño del Hijo.

La posición del cuerpo de Cristo está en “contrapposto”( “Palabra italiana que designa una pose en la que una parte del cuerpo se halla torcida en la dirección contraria de aquella en la que se sitúa la otra usualmente las piernas y caderas forman un todo, mientras que el pecho y hombros se colocan en posición opuesta…” Las citas completas, con el origen de sus fuentes, precisiones de datos, en el idioma original y traducidas al castellano, se encuentran en mi libro: “MiguelÁngel. Escultor de su Salvación”), que refiere, también, un movimiento helicoidal.

La Virgen es poseedora de un conocimiento consciente que solo ella sabe, su concepción celeste del verbo encarnado, que vino al mundo de la materia y el tiempo, a redimir a la humanidad de sus pecados y a salvarla.
La Virgen, levemente inclinada hacia su Hijo, con el gesto del dedo índice de la mano izquierda, parece decir: “He aquí a lo que ha venido, a salvar a la humanidad”. (Este signo es recurrente, en el lenguaje de las obras de Miguel Ángel, que revela la voluntad “coloquial”, del autor con el observador educado en el “ver” sus obras).

La belleza, está en la perfecta forma clásica de la obra, síntesis de la estética del muy terminado, en la obra de Miguel Ángel.

El movimiento helicoidal a espiral, constituye la esencia significante de la obra ascensional salvífica, que en sus movimientos en volúmenes de óvalos, que ascienden dentro de la pirámide que la conforma, desde una visión cenital, revela un volumen cupuliforme, incipiente expresión de una cosmovisión filosófica neoplatónica ascensional ya, en “La Piedad de San Pedro”.
No hay muerte, hay resurrección, hay ascensión.
Expresa el pensamiento cristológico neoplatónico de la vida perenne.

MEDIDAS DE LA OBRA, CONTRATO Y ÉPOCA

La obra es un bulto exento, lo que significa que se puede ver desde todos los ángulos. Es un conjunto piramidal, de 1,74 m. de alto y de 1,95 de ancho.

Encarga la obra a Miguel Ángel, el cardenal francés Jean Bilhères de Lagraulas. 
Jacopo Galli, coleccionista de arte, banquero y amigo de Miguel Ángel ( Miguel Ángel esculpe entre el verano de 1496 y 1497 para Jacopo Galli, “El Baco”) , es mediador y garante del contrato, que confecciona el 27 de agosto de 1498. Donde se explicita el compromiso de las partes, entre los ítem se destaca que, “… el artista terminará la obra en el plazo de un año…” y que, garantiza Galli: “…será la escultura de mármol más bella de Roma, y que ninguno de los maestros actuales será capaz de superarla…”.

El mismo Miguel Ángel, elige y cava el bloque de mármol en las canteras de Carrara.

La Piedad de San Pedro” se inicia a esculpir en 1498 y es terminada en mayo de 1499, por un joven de solo 23 años. 



Se realiza bajo el papado de Alejandro VI, el papa Borgia, con cuyo pontificado, Miguel Ángel no tuvo relación alguna.(En mi libro se profundizan detalles de la época).



Después de “La Piedad de San Pedro”, Miguel Ángel fue llamado con el apelativo de “El Divino”. Miguel Ángel esculpe “La Piedad de San Pedro” y Dios esculpe en el alma de Miguel Ángel, el inicio de su conversión.

Miguel Ángel vive el éxtasis al esculpir “La Piedad de San Pedro”.

12 de setiembre de 2017, Córdoba, Argentina. 

Cristina Castricone






Si les gustó este artículo, les recuerdo que es el fruto de veinte años de investigación, volcados en mi libro "MIGUEL ÁNGEL. ESCULTOR DE SU SALVACIÓN"que está esperando un editor.




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